Nikolas Tombazis, director técnico de la Internacional, no quiere que se repitan los episodios de 2021, con acusaciones entre Red Bull y Mercedes, y avisa de que mejorarán las pruebas.
Tras una temporada 2021 marcada por las polémicas, tanto fuera como dentro de la pista, la FIA quiere acotar al máximo en el nuevo reglamento los resquicios legales que puedan ser aprovechados por los equipos para ganar prestaciones. Y, de momento, ha empezado por echar el ojo a los alerones, uno de los elementos que más controversia generó en el pasado campeonato.
El momento culmen llegó con la queja de Red Bull, deslizando que el alerón trasero de Mercedes flexaba de manera ilegal. Apuntaban los energéticos a que la marca de la estrella lograba que su ala redujese la carga a grandes velocidades para volver a su posición normal en las curvas. Añadían que las marcas que dejaba el sistema en el endplate delataban a los alemanes. Incluso Verstappen se animó a comprobar de primera mano si aquello era cierto, lo que lo costó una multa económica por tocar el coche de Lewis Hamilton
La FIA sacó la lupa y asegura que no encontró nada extraño, pero Nikolas Tombazis, director técnico de la Internacional, no quiere más problemas y avisa de que vigilara con mimo el asunto: “No encontramos nada que fuera preocupante. No fue una mala prueba, pero se puede mejorar, así que estamos pensando en cómo hacer algunas mejoras para el 2022“.
Con la llegada del nuevo reglamento técnico la F1 persigue carreras más igualadas, que los coches puedan seguirse más fácilmente y para ello la aerodinámica es clave. Y los alerones traseros están ya, con el campeonato sin comenzar, en el ojo del huracán.
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